Orihuela celebra la marcha por la eliminación de la violencia contra las mujeres
Orihuela celebró en la tarde del 25 de noviembre la Marcha municipal por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que organiza la Concejalía de Igualdad-LGTBI en conmemoración del Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres, que ha contado con la asistencia de la corporación municipal, organizaciones y entidades que componen la Mesa de Igualdad así como de vecinos y vecinas que se han sumado a esta reivindicación.
La marcha ha partido desde la puerta del Ayuntamiento hasta la Glorieta Gabriel Miró, donde se ha recordado y nombrado a cada una de las 38 mujeres asesinadas en España en 2022. Patricia Menárguez, concejala de Igualdad-LGTBI, ha puesto en valor el trabajo de quienes cada día dedican su voluntad, compromiso, profesionalidad y acción en esta lucha por la libertad y la seguridad para todas las mujeres y ha mostrado el compromiso de Orihuela para seguir luchando hasta erradicar la violencia machista y hacer que nuestra sociedad sea segura y digna para las mujeres. “A pesar de todos los avances y del desarrollo de políticas públicas para la prevención y atención de las víctimas de violencia de género en España, se sigue produciendo este fenómeno. Pero no nos vamos a rendir. Vamos a seguir luchando”, ha afirmado.
Asimismo, una representación de la ONG Vega Baja Acoge ha leído el manifiesto de la Mesa de Igualdad del Ayuntamiento de Orihuela en el que se se ha dejado claro que “no es un día para celebraciones, sino para seguir luchando. Es un día para exigir el cese definitivo de la violencia machista y sus injustas consecuencias”. Este año, la Mesa de Igualdad ha hecho especial hincapié en la escalada de chicas cada vez más jóvenes que son víctimas de violencia machista, “las cifras van aumentando año a año y las edades disminuyendo de forma alarmante. Una violencia controladora y opresiva que usa las nueva tecnologías como forma de control extremo”.
Un manifiesto que ha finalizado con una batería de reivindicaciones que han sido leídas en español, árabe y ucraniano. Entre ellas, se ha interpelado a las jóvenes a no aceptar ningún tipo de control en nombre del amor; a los chicos, que no ejerzan ni toleren ninguna forma de machismo en sus vidas, ni en su entorno; a las administraciones, agentes políticos y sociales, les han pedido unión y coordinación, pero también formación, implicación y compromiso para evitar la victimización secundaria de las mujeres y a los medios de comunicación, una visibilización real de la violencia y contar las cosas como son, sin interpretaciones morales en las que muchos discursos machistas se amparan.
Manifiesto 25N 2022
Hoy, 25 de Noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, no es un día para celebraciones. Es un día para seguir luchando. Es un día para seguir recordando a tantas mujeres asesinadas por la violencia machista, a aquellas otras que viven día a día esta lacra, a las niñas y niños que sufren y normalizan también este tipo de situaciones. En definitiva, es un día para exigir el cese definitivo de la violencia machista y sus injustas consecuencias.
Día a día oímos casos de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, casos de violencia sexual… Nos hemos acostumbrado a ello, como si fuera algo normal. Estamos aquí porque no podemos ni queremos seguir callando, porque decimos no a una sociedad machista que promueve la desigualdad y el sometimiento de las mujeres.
No, hoy no es un día de celebración, pero sí de reivindicación. 38 mujeres asesinadas en lo que va de año merecen nuestro recuerdo. Las personas aquí congregadas queremos terminar con el silencio, la indiferencia y la aceptación que justifica y apoya la violencia contra las mujeres. Queremos una sociedad justa y libre de machismo para mujeres y hombres.
Este año tenemos que mencionar de manera singular un tema que nos parece especialmente preocupante: la escalada de chicas cada vez más jóvenes que son víctimas de violencia machista. Las cifras van aumentando año a año y las edades disminuyendo de manera alarmante. Una violencia controladora y opresiva que usa las nuevas tecnologías como forma de control extremo, pero sibilino, ya que toda esta situación se está normalizando tanto que las propias jóvenes tienen problemas para reconocerse como víctimas, y esto, claro está, dificulta el que puedan pedir ayuda o traten de salir de esa relación tóxica y peligrosa.
Estas chicas, más bien niñas, pues muchas de ellas sufren este tipo de violencia a partir de los 14 años; se acostumbran a que les vigilen el móvil, que se les recomiende qué ponerse o con quién quedar, que se les diga cuándo hablar, qué foto subir a redes, o a que las “protejan” de los peligros de la calle y de la vida.
Normalizan una serie de situaciones que las van atrapando en una espiral de violencia de la que no es fácil salir, y es nuestro deber decirles que estas situaciones NO son normales y que NO deben permitirlas.
Los datos no engañan, según el Barómetro de Juventud y Género del Centro Reina Sofía de septiembre de 2.021:
- 1 de cada 5 chicos jóvenes de entre 15 y 25 años considera que la violencia de género no existe y es un invento ideológico.
- 3 de cada 10 chicos considera que tener pareja limita tu libertad y normalizan la presencia de celos como “prueba de amor”.
- Aumenta la opinión de que la violencia es inevitable, que es habitual y que si es de poca intensidad, no supone un problema.
- Además, no podemos obviar el hecho de que los adolescentes son el grupo de edad en el que más ha aumentado el número de denuncias respecto a 2.020.
En este punto creemos importante recordar, que si bien la herencia genética, la educación o la influencia del entorno pueden ser factores que potencien o inhiban ciertos comportamientos, nuestra manera de comportarnos y las decisiones que tomamos en cada momento dependen de cada uno de nosotros y de nosotras. Los golpes, los insultos o los asesinatos dependen de la voluntad de cada cual y por ello, somos responsables de lo que hacemos o decimos.
La violencia que algunos hombres ejercen sobre las mujeres no viene dada por la naturaleza masculina, como tampoco existe una condición femenina que nos lleve a ser sumisas.
Pensemos por un instante ¿qué lleva a esos hombres a ejercer ese tipo de violencia?, ¿qué quieren conseguir con ello?. Si no ignoran las consecuencias de sus actos, lo cual es muy improbable, ¿por qué lo hacen?, ¿por qué actúan en grupo tan a menudo?, ¿qué problema resuelve este tipo de maltrato?, ¿podemos permitirnos un retroceso en los logros sociales conseguidos gracias a la lucha feminista?, ¿somos capaces de ver el peligro que esto conlleva?
Por todo ello, queremos hacer un petición específica a las mujeres y a los hombres más jóvenes:
- ¡Os necesitamos en esta lucha!.
- A vosotras, chicas, os pedimos que no calléis, que no aceptéis ningún tipo de control en nombre del amor.
- A vosotros, chicos, os pedimos que no ejerzáis, ni toleréis ninguna forma de machismo en vuestras vidas, ni en vuestro entorno.
- Con contundencia, pedimos que nadie acepte este tipo de actitudes, que nadie mire a otro lado. Todos somos sociedad, actuamos desde ella y para ella, si no queremos ser cómplices de la violencia machista debemos rechazarla y denunciarla sin excusas. Cada voz en contra, cada dedo que señale al maltratador, cada rechazo a conductas violentas es fundamental.
- A todas las administraciones, agentes políticos y sociales implicados, les pedimos unión y coordinación, pero también formación, implicación y compromiso para evitar la victimización secundaria de las mujeres.
- En definitiva, necesitamos de una educación en valores a todos los niveles: personal, familiar, educativo y comunitario. Necesitamos todos los recursos humanos y económicos necesarios para hacer frente a la violencia machista.
- A los medios de comunicación digitales, a la prensa escrita, radio y televisión, os pedimos rigor en la información. Una visibilización real de la violencia y contar las cosas como son, sin interpretaciones morales en las que muchos discursos machistas se amparan.
¡¡No más injusticias!, ¡Ni una menos!